Entendemos la salud como un completo estado de armonía y bienestar, tanto físico como mental, de la persona con respecto al entorno. A menudo nuestras vidas son un torbellino de emociones y estímulos que no podemos digerir ni disfrutar. Unas vacaciones en un entorno como el que rodea a nuestro hotel puede ser el momento perfecto para hacer un alto en el camino y tomar consciencia de nuestro cuerpo y mente.
Armonía
El reposo es una parte importante de nuestra salud, el sueño nocturno es el momento de reparación de tejidos de nuestro organismo y es importante respetarlo. Pero hay otras formas de reposo que podemos practicar a lo largo de día: la siesta, el reposo consciente de estímulos estresantes, la relajación, el silencio…
Nuestro hotel se encuentra en un entorno bello y armonioso que invita al descanso y la tranquilidad: praderas, río, bosque y agradables paseos por los alrededores y la montaña. Además, cuenta con instalaciones para disfrutar al aire libre de saludables baños de aire y sol, así como estimulantes baños en la piscina. Durante su estancia le ofreceremos sencillas pautas diarias para el mayor disfrute de los mismos y en beneficio de su organismo.
Aire libre
Después de un paseo por la montaña o un baño en la piscina, no hay nada mejor como un masaje con la colaboración de Noelia, fisioterapeuta, quién podrá realizar un masaje adecuado a tus necesidades.
Así mismo, contamos con un menú de desayunos y cafetería con productos de elaboración casera, con ingredientes naturales y ecológicos, procedentes, en algunos casos, del comercio justo. Consideramos que la salud de las personas está en armonía con la salud de nuestro planeta.
Alimentación ecológica
Para terminar la jornada, ofrecemos meriendas temáticas sobre distintos aspectos de la salud según el número de participantes y la temporada. Preparamos recetas saludables que compartimos con nuestros huéspedes, entablando agradables conversaciones que nos llenarán de bienestar.
Primavera
Somiedo, y nuestro hotel, despiertan después del largo y frío invierno y se comienzan a escuchar los primeros cantos de las aves desde el amanecer. Nos anuncian la llegada de la primavera junto a las prímulas, vivaces florecillas amarillas que brotan en los caminos y praderas.
Los días se alargan ofreciéndonos unas pocas horas más de sol en los valles y picos. Los ríos bajan cargados de aguas bravas del deshielo. Es el momento de preparar las botas y disfrutar de paseos por la montaña, entre neveros y praderas que comienzan a florecer. Es tiempo de salir a tomar esos primeros rayos de sol que nos cargarán de nuevo el espíritu tras el recogido invierno. A lo largo de la primavera, Somiedo lucirá un bonito manto multicolor debido a la explosión floral de los meses de mayo y junio y, con un poco de suerte, podremos ver algún oso…
Verano
El azul del cielo, en los días soleados, se asemeja al de Castilla: limpio, intenso, sin nubes. El sol azota en la montaña, pero la frondosidad del bosque ofrece una agradable sombra donde pararse a descansar y tomar un tentempié, incluso recoger algunas moras a la vera del camino.
Tras un paseo matutino, la piscina nos llama para un refrescante y tonificante baño en sus aguas, seguido de una reparadora siesta en las hamacas del jardín arrullados por el murmullo del río y de los árboles. Al despertar, un delicioso zumo de frutas nos repondrá de los esfuerzos del paseo y preparará nuestro estómago para la cena.
Otoño
Somiedo vuelve a hacer gala de su colorido y esplendor con los colores del bosque en otoño. Las hojas van tornando a amarillo y naranja a finales de septiembre en los valles más altos, extendiéndose hacia los más bajos a lo largo del mes de octubre. El bosque se llena de deliciosos frutos de otoño: castañas, avellanas, nueces, manzanas.
Nuestra retina se impregnará de esos colores y producirá deseos de tranquilidad junto a la lumbre. Es el momento de disfrutar de la lectura, reunirnos al atardecer en torno a una nutritiva merienda calentita que nos aportará la energía empleada durante en el fresco paseo. Es tiempo también del mangosto o amagüestu, celebración típica de estos lares que combina la sidra dulce que hacemos en casa con las castañas asadas.
Invierno
Con el frío nos recogemos en nuestras casas, nos da pereza salir, más aún acercarnos a la montaña. Sin embargo, un día soleado puede ser la excusa perfecta para salir a pasear y cargar un poco las pilas. Es la estación más triste, oscura y sombría en Somiedo, aunque no por ello menos bella. La nieve cubre las praderas y caminos, que facilita hacer una excursión con raquetas o salir con los más pequeños a hacer un muñeco de nieve o tirarnos en trineos.
Nuestro apartamento nos espera a la vuelta con la chimenea lista para calentarnos mientras disfrutamos de una larga siesta, preparamos la merienda o charlamos junto a la lumbre.
